Un amante inculto o egoísta pronto será un solitario en la cama. Pon atención a esta clase sobre lo que debes evitar al hacer el amor ¡Sacarte diez en el examen será muy satisfactorio!
Machómetro: La mujer quiere un amante seductor, cariñoso y que se apadone por satisfacerla. El hombre debe evitar los siguientes errores:
Ir al grano: Olvidarse de las caricias, palabras y juegos previos a la penetración representa una falta de principiante.
Tratarla con torpeza: Tocar sus zonas erógenas con brusquedad, manipularla de forma impaciente o dejar caer todo tu peso sobre ella ¡Muévete con delicadeza!
Disculparte: Avergonzarte y pedirle perdón por el tamaño de tu pene o por haber terminado demasiado rápido demuestran un nivel de inseguridad poco atractivo.
Mala higiene: Hacer el amor cuando estás sudado, sucio o maloliente, olvidar el aseo genital, eructar o soltar gases frente a ella son la manera más rápida de apagar la pasión. Interrumpir su placer: Detenerte cuando ella está disfrutando u olvidarte de su satisfacción una vez que tú has terminado son los clásicos síntomas del amante egoísta.
No pedir permiso: Rasguñarla, morderla, nalguearla o intentar practicar un sexo demasiado atrevido sin haberlo platicado antes puede ser el principio del fin.
Criticarla: Comparar su desempeño en la cama con el de tus parejas anteriores o juzgar su físico es causar una herida que difícilmente sanará. Intentar copiar: Querer hacerlo tal y como lo hacen en las películas pomo u obsesionarte en reproducir posiciones que hayas visto en Internet es sinónimo de falta de creatividad.
Feminómetro: El hombre busca una amante sensual, coqueta y algo atrevida. Aquí están los errores que las mujeres deben evitar:
La falta de iniciativa: Tumbarte en la cama como un costal de papas dejando a él todo el trabajo es casi como decirle "más ayuda el que no estorba".
No estar dispuesta a innovar: Querer hacerlo siempre de la misma manera o reprimirte por pensar que ciertas cosas sólo las hacen las mujeres "de moral distraída" es limitarte a la infinidad de posibilidades de placer.
Lastimarlo: Tomar su pene con brusquedad, apretar sus testículos con fuerza o morderlo durante el sexo oral es olvidarte de que sus zonas erógenas también son sensibles.
Estar demasiado acomplejada: No dejar que te mire desnuda, querer hacerlo siempre con la luz apagada o preguntar si te ves gorda a medio acto es invitarlo a cuestionar su atracción por ti.
Mostrar desinterés: Hablar sobre temas ajenos al sexo o desviar tu atención hacia cosas insignificantes apagarán rápidamente a la pasión.
Juzgarlo: Comparar su pene con otros que hayas conocido, enojarte si eyacula muy rápido, asumir expresiones de asco, criticarlo o burlarte de sus movimientos es un truco sucio para alejarlo.
Exagerar: Obsesionarte demasiado por "excitarlo", fingir el orgasmo, gritar o gemir demasiado pueden causar inseguridad en tu pareja.
Hacerte del rogar: Creer que le estás haciendo un "favor" al tener relaciones con él, hacerte a la "extremadamente difícil", condicionar el sexo o pedir algo a cambio no es lo más recomendable.
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