lunes, 13 de junio de 2011

La albahaca: Otra planta afrodisiaca

La albahaca, originaria de la India, es considerada, en ese país, una planta sagrada de Vishnu y fue introducida en el Viejo Continente hace más de cuatro mil años. Aunque en Grecia y Roma se le asociaba al carácter hostil, después se le consideró benéfica.

Posee un aroma inconfundiblemente picante acompañado de un cálido sabor a clavo y pimienta, con notas de regaliz y menta. Se consigue en múltiples variedades: tulsi (muy usada en la cocina tailandesa, su sabor tiene marcadas notas de menta), de hoja pequeña (con un penetrante aroma a pimienta), cítrica (con un límpido y fragante toque alimonado), africana (con perfume a pimienta y regaliz), canela (con un intenso aroma dulce), etc.

La albahaca se estropea con facilidad, de modo que debe tratarse con cuidado. Conviene usarla fresca; seca o congelada pierde mucho sabor.

Su acción para ayudar al fortalecimiento del sistema nervioso y el sistema digestivo es reconocida tanto en la medicina hindú como en la medicina occidental.

Las hojas frescas de albahaca se aplican directamente a la piel para reducir pequeñas inflamaciones y aliviar la picadura de insectos. El aceite esencial se aplica para dar masajes estimulantes que contrarrestan la depresión. La infusión y el té son recomendados para combatir la fatiga mental, la migraña, la tensión, la ansiedad y el insomnio. El jugo de albahaca es indicado para curar la tos crónica.

En algunos cultos antiguos se la vinculaba con la fecundidad y la pasión, al igual que en el vudú, donde es asociada con la diosa del amor. En el noroeste argentino se la considera una planta erótica que enciende la sangre.

Por su parte, en Nuevo México, se aplica polvo de albahaca en la parte superior del cuerpo para garantizar el retorno de un marido descarriado.

En el antiguo Tíbet se le añadía albahaca a la comida para fortalecer la unión y el pasión de la pareja.

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